Durante las últimas semanas del mes de noviembre, los bosques de nuestro país han sido escenario de voraces incendios forestales, y según los últimos reportes preliminares hablan de más de 2 500 hectáreas de áreas naturales protegidas incineradas. Desde cabeceras de cuenca para la selva hasta hábitats de especies en extinción se han visto afectadas; demostrando que en el Perú no existen políticas de prevención para este tipo de eventos, a pesar de  que la Ley Forestal y de Fauna Silvestre vigente ordena que el Plan Nacional de Desarrollo Forestal incluya un Sistema Nacional de Prevención y Control de Incendios Forestales este sistema jamás ha sido implementado.

A continuación reproducimos el texto de un tríptico sobre el tema elaborado por la Iniciativa para la Conservación en la Amazonían Andina (ICAA), la Articulación Regional Amazónica (ARA), el Centro para la Sostenibilidad Ambiental (CSA), el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), que absuelve algunas dudas con respecto a la situación en el escenario de nuestro país.

¿Cuánto se quema en el Perú?

Aunque no existe un registro confiable ni exacto, se sabe que anualmente en el Perú se producen miles de quemas y decenas de incendios forestales. Los satélites Aqua y Terra de la NASA, que detectan sólo cuando sólo cuando los fuegos son extensos y prolongados, han venido reportando un crecimiento exponencial de focos de calor en la Amazonía. De 968 en el 2005, hoy en lo que va del 2010 hemos tenido 1711 de ellos, sin contar los ocasionados por pequeños incendios.

El Instituto de Defensa Civil (INDECI), que reporta sólo aquellos incendios que alcanzan proporciones catastróficas, señala que en daños personales, entre 2005 y 2008 hubo más de 2 mil damnificados, 6 mil afectados y 10 fallecidos. Las pérdidas materiales son frecuentes y afectan principalmente a campesinos pobres.

¿Es un fenómeno natural?

No, en la gran mayoría de los casos, particularmente en la selva, donde el bosque es húmedo, el fuego es provocado de forma consciente por el ser humano.

¿Por qué se quema en el Perú?

La quema es una práctica agrícola tradicional en la sierra, trasladada a la selva por los colonos andinos. Se utiliza para “limpiar” el terreno, expulsar alimañas, fertilizar los suelos con las cenizas y (erróneamente) para “llamar a la lluvia”.

Quemar resulta más barato que desbrozar o fertilizar, pero la productividad de la tierra declina con cada quema y el riesgo de que resulte más intensa (caliente) o más extensa es muy probable, causando daños irreversibles.

¿Es predecible, controlable?

Sí, porque el 90 por ciento de las quemas e incendios ocurren todos los años en época seca, de menos lluvias. En la selva, el pico se da entre agosto y octubre, cerca de carreteras y centros poblados. Al conocer cuándo y dónde ocurren las quemas, éstas se pueden prevenir y controlar.

¿Hay legislación al respecto?

Sí, pero no se cumple. La Ley Forestal y de Fauna Silvestre vigente ( 27308, del 2000) ordena que el Plan Nacional de Desarrollo Foreastal debe incluir un Sistema Nacional de Prevención y Control y de Incendios Forestales (Artículo 4º). Sin embargo, tal sistema jamás fue implementado.

¿Cuál es el sector estatal responsable?

El Ministerio de Agricultura y, ahora, el Ministerio de Ambiente (MINAM). Sin embargo de no coordinar intersectorialmente, las funciones del MINAM no pueden ejecutarse.

¿Cómo afecta el fuego al cambio climático?

Por la emisión directa de carbono a la atmósfera y porque los bosques quemados retienen menos humedad, contribuyendo a empeorar las sequías. El fuego produce círculos viciosos ecológicos que aceleran el cambio climático.

En 2005, la peor sequía amazónica desde hacía 34 años, las quemas, incendios y mortalidad de los árboles en la Amazonía produjeron emisiones equivalentes a las de los países industrializados.

¿Cómo afecta el fuego a la estrategia peruana de cambio climático?

Negativamente. La deforestación es la fuente principal de emisiones de gases de efecto invernadero en el Perú y la quema indiscriminada provoca la destrucción de los bosques.

Si bien la estrategia peruana para el cambio climático tiene como elemento central minimizar la deforestación (Programa de Conservación de Bosques), desde el Estado no existe todavía una política real para articular a los distintos sectores que afectan a los bosques.

En el caso del fuego, se trata del sector agricultura; pero también se produce deforestación por minería y es sabido que las carreteras (a cargo del sector transportes) facilitan el acceso a los bosques y su deforestación.

No basta con crear un sector ambiental, sino cambiar la óptica del uso de la tierra en todos los sectores.

¿Qué estamos haciendo?

Desde el lado de la sociedad civil varias cosas pero de manera todavía dispersa. Desde el 2008, con apoyo de la Fundación IVINA, el Centro para la Sostenibilidad Ambiental de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (CSA) publica un Boletín del Fuego en Madre de Dios con alertas e información didáctica, impulsando una mayor atención de autoridades y la opinión pública sobre este fenómeno en el país.

Además, el gobierno Regional de Madre de Dios creó una Comisión de Quemas multi-institucional y la fundación Conservación Internacional aportó una propuesta de plan regional. Sin embargo, aún no se ha logrado operativizar un sistema efectivo de prevención y control.

En 2010, el Boletín del Fuego empezó a publicarse también en la región San Martín, gracias al trabajo de la asociación Amazónicos por la Amazonía (AMPA). 2010 ha sido un año especialmente malo en cuanto a incendios forestales.

Por ello, el CSA y MINAM coordinan para producir un diagnóstico conjunto de los impactos ecológicos y económicos del fuego en el Perú, que pueda orientar una política coherente con la conservación de los bosques y la mitigación del cambio climático. La Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) se ha sumado a esta iniciativa.

La doctora María Manta ha investigado sobre el fenómeno del fuego en el Perú y actualmente asesora a un grupo de estudiantes interesados en la Universidad Nacional Agraria-La Molina.

Puedes ver: Observatorio de Fuego AMPA – 2015

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