
El Área de Conservación Privada – ACP Chaparrí, administrada por la Comunidad Campesina de Muchik Santa Catalina de Chongoyape, es la primera ACP del Perú y constituye un ícono del ecoturismo en la región Lambayeque; sin embargo, está siendo vulnerada en distintos sectores de su territorio.
Un grupo de personas en su mayoría ajenas a la comunidad, ha logrado tomar control legal de la Directiva Comunal mediante documentos falsos, alianzas con la corrupción y abuso de poder por parte de grupos políticos y económicos. A pesar de las denuncias presentadas ante la Fiscalía Provincial de Prevención del Delito de Chiclayo, el Estado Peruano no ha tomado acciones legales en contra de los invasores; por el contrario, propone como solución terminar el reconocimiento de Chaparrí como área de conservación, dejando el camino libre al tráfico de terrenos y colocando en grave riesgo a especies emblemáticas amenazadas como la pava aliblanca y el oso de anteojos.
La nueva Directiva Comunal ha expulsado de la comunidad a un total de 180 comuneros, entre ellos a los líderes comunales fundadores del ACP Chaparrí. El Poder Judicial ha fallado a favor de los comuneros expulsados y ha ordenado su reincorporación a la comunidad; pese a ello, la nueva Directiva Comunal ha hecho caso omiso a la sentencia. A esta situación se suma el proceso desordenado e inconsulto de enajenación de tierras que se ha iniciado, lotización para venta de terrenos y la apertura del área a cacería furtiva y minería no metálica; ocasionando deforestación, depredación de fauna y destrucción del patrimonio arqueológico.
Pero, Chaparrí no es un caso aislado, un gran porcentaje de las áreas de conservación gubernamentales, privadas, voluntarias y comunales sufren invasiones a sus territorios y numerosos intentos de conversión de sus bosques a tierras agrícolas, sin considerar la gran importancia ecológica de estas áreas de conservación. Las denuncias ante las autoridades en la mayoría de casos, no han obtenido el apoyo debido; trayendo consigo que los pobladores locales que trabajan en pro de la conservación se vean incapaces de proteger sus iniciativas y vivan recibiendo constantes amenazas. Tal es el caso de Etelvina López Vásquez, comunera, y defensora de Chaparrí, quien ha recibido amenazas de muerte por parte de miembros de la Directiva Comunal ilegítima.
La creación de un área de conservación es un compromiso a perpetuidad que asumimos hombres y mujeres voluntariamente por el cuidado y protección de la VIDA, y llenos de sueños nos sumamos a esta labor gratificante. A nuestros hermanos de Chaparrí les decimos que no están solos, les reiteramos nuestro apoyo y hacemos un llamado al Gobierno, medios de comunicación y público en general a través de un PRONUNCIAMIENTO para evitar la anulación del ACP Chaparrí… ¡Juntos lo lograremos!