La región San Martín atravesó en setiembre de 2024 una de sus peores temporadas de incendios forestales. El fuego arrasó cientos de hectáreas en zonas críticas afectando directamente áreas de Concesión para Conservación como: Shitariyacu, Las tres quebradas, Bosques del Alto Saposoa, Ojos de Agua y Sacha Runa, además el caserío Shepte. Las llamas pusieron en riesgo áreas de conservación, biodiversidad, cultivos y viviendas rurales.
Frente a esta realidad, la población ha tomado conciencia y comenzó a fortalecer sus estrategias de prevención y respuesta. Con el apoyo de Amazónicos por la Amazonía – AMPA, la Red de Conservación Voluntaria y Comunal de San Martín, se convocó a una asamblea en Juanjuí, donde se acordó la conformación de una Brigada Regional de Combatientes Forestales, que estarán organizados en cuatro zonas estratégicas: Alto Mayo, Mariscal Cáceres – Huallaga, Tocache y Picota – Bellavista. Su misión será actuar con rapidez y eficacia ante cualquier emergencia ocasionada por un incendio forestal.
La asamblea logró reunir a 31 representantes de concesiones y áreas comunales de conservación y se oficializó la entrega de herramientas e indumentaria especializada gracias al respaldo de PROFONANPE y AMPA, a través de la campaña “Sumemos Fuerzas”. El equipamiento incluye 100 rastrillos, 100 machetes, 100 palas, 100 pares de guantes, 100 batefuegos, cascos, chaquetas, pantalones y calzado especializado, todos en óptimas condiciones para el combate en campo.
Asimismo, se ha diseñado un plan de capacitaciones en dos fases. La primera, de inducción básica y será respaldada por las instituciones competentes en esta materia. La segunda fase estará a cargo del SERNANP y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Lima, quienes entrenarán a las brigadas en técnicas avanzadas de extinción, manejo de herramientas, logística y organización táctica.
Desde AMPA, el compromiso es claro; seguir articulando acciones con las instituciones competentes y garantizar la formación continua de las brigadas. Además, se impulsará un plan de sensibilización y educación ambiental dirigido a las comunidades, con el objetivo de promover conciencia para la prevención activa de incendios forestales.
La experiencia del 2024 dejó una lección contundente, sobre la poca capacidad de respuesta y lo vulnerable que somos antes estos sucesos. El fuego no da tregua y solo la organización desde los territorios, la acción oportuna y la articulación entre comunidades, Estado y sociedad civil pueden proteger nuestros bosques y la vida que resguardan.