Desde el 2014 venimos interviniendo en la cuenca Gera con la finalidad de diseñar e implementar un mecanismo de retribución por servicios ecosistémicos (MRSE). Actualmente, a través de la firma de acuerdos de conservación con las familias agricultoras, que habitan en este lugar, se están resguardando 500.78 hectáreas de bosque, gracias al compromiso voluntario de la población; a cambio nosotros les brindamos asesoría técnica en buenas prácticas agrícolas e incentivos a través de tecnologías limpias que han permitido mejorar su calidad de vida; caminando juntos hacia una gestión territorial sostenible de la cuenca. Nuestra experiencia con los acuerdos de conservación con adultos, nos llevó a pensar e imaginar cómo los niños, niñas y jóvenes de la cuenca también pueden contar con sus propios espacios para cuidar y recuperar la vida, lugares en donde podrían jugar, aprender, proteger y reconectarse con el lugar en donde viven.

Después de soñar e inspirarnos, aterrizamos en la idea de llevar las TiNis (Tierra de Niños, Niñas y Jóvenes) a la cuenca Gera. TiNi, es una metodología impulsada por la ONG ANIA, la cual ha sido adaptada por nuestro equipo del Programa de Comunicación, Cultura Ambiental y Género, y hoy en día viene siendo implementada en dos comunidades: El Arenal y Playa Azul, distrito de Jepelacio, provincia de Moyobamba, San Martín.

Es así que, desde hace cuatro meses aproximadamente, iniciamos una de las actividades más gratificantes que hemos realizado con niños. Con nostalgia recordamos los rostros resplandecientes que nos recibieron por primera vez, y sus risas curiosas que delataban su interés por conocer el motivo de nuestra presencia. Sin embargo, llegar a hasta ellos no fue tan fácil, al menos no para muchos; sólo mujeres valientes y guerreras estaban invitadas a este nuevo reto, y orgullosas lo asumimos.

La acogida de los niños y los pobladores, así como las expectativas de transformar su comunidad con espacios gestionados y administrados por niños encendió una luz de esperanza de ver un cambio en esos rostros que a veces se sienten olvidados. Armados de cuentos, videos, historias motivadoras, lápices, temperas, canciones y juegos dimos inicio a nuestras actividades.

Para llegar hasta la comunidad de El Arenal tenemos que viajar 45 minutos en auto, y luego caminar dos horas en medio de un cerro rocoso, en cuyas subidas y bajadas es hermoso toparnos con alguna mariposa multicolor o con el cántico de algún pajarito que interrumpe el silencio de nuestra caminata bajo el inclemente sol, y resulta tan refrescante toparnos con ese viento fuerte que choca en nuestras caras, devolviéndonos el aliento para seguir adelante.  A diferencia de El Arenal, la comunidad de Playa Azul se encuentra solo a 30 minutos del último paradero en donde nos deja el auto, y es el cauce del río Gera quién nos acompaña en las caminatas. Quién diría que a partir de entonces ambos caminos se convertirían en nuestras nuevas rutas de mochila.

Tanto El Arenal como Plaza Azul cuentan con una escuela pequeña y con solo un profesor, el cual es responsable de enseñar a todos los niños de diferentes edades que asisten al centro educativo. Gracias al trabajo conjunto entre la escuela y la comunidad, se ha otorgado a los niños un pequeño sitio para que lo conviertan en su TiNi. Durante nuestras visitas los pequeños se han organizado para hacer de ese espacio su espacio, más de uno se ha complacido con las tareas de limpieza del lugar a transformar. Primero comenzaron ideando cómo lo llamarían, y a través de juegos empezaron a lanzar ideas, para finalmente nombrarlos como “TiNi El Arenal” (El Arenal) y “Paraíso de niños” (Playa Azul).

Definiendo el nombre, los niños empezaron a visionar cómo es que quieren que sea su TiNi; con la ayuda de lápices, colores y hojas dibujaron cómo les gustaría que fuese su pedacito de tierra. Fue hermoso ver los trazos de cada uno de ellos, conocer cómo es que les gustaría tener un lugar solo para ellos. En sus gráficas no faltaban los columpios, flores, árboles, animalitos y espacios en donde podían sentarse cómodamente y escuchar una clase.

Gracias a la Municipalidad Distrital de Jepelacio, que ha donado 300 plantones de arbustos ornamentales se han iniciado las labores de limitación de la TiNi, teniendo en cuenta los diseños de la microzonificación que han elaborado los niños en sus comunidades. Paralelamente, hemos realizado talleres edu-recreativos, donde los niños han aprendido a conocer los recursos naturales que existen en el lugar donde viven, la importancia de cuidar y proteger nuestra tierra y todo lo que en ella habita; asimismo, se han reforzado temas de trabajo en equipo y liderazgo, y gracias a ello se han conformado comités presididos por niños y niñas, quienes han asumido tareas para guiar a sus compañeros en la organización de su TiNi. Los cargos asumidos son rotativos, así cada uno podrá ir descubriendo sus capacidades y despertando el líder que llevan dentro.

Resulta gratificante ver los cambios que se han logrado en tan corto tiempo en estas personitas maravillosas. El miedo y la timidez de hablar frente a sus compañeros se han ido perdiendo poco a poco y su participación cada día se torna más activa. El juego y la metodología scout han sido nuestro aliado para transformar conceptos e ilustrar en sus mentes nuevas palabras que las han acogido como normas de vida.

El involucramiento de los padres de familia y la asistencia de los profesores durante este período de tiempo ha sido fundamental, brindando respaldo y seguridad a estos pequeños agentes de cambio, que estamos seguros cambiarán el rostro de su comunidad y motivarán a muchos a seguir esta noble y gratificante labor liderada por nuestros niños del Gera.

Esto es solo el comienzo, aún hay camino por recorrer; mientras tanto nos seguiremos preparando para la inauguración de las primeras TiNi´s en la cuenca Gera…

Un agradecimiento especial a Anamaría Palpa Peñaloza y María Virginia Puente Varón, nuestras voluntarias que iniciaron y lideraron este piloto. #Vamos por más.